¿Ya habéis visto el anuncio del nuevo catálogo de Ikea?

“Experience the power of a bookbook™” es la versión inglesa que ha causado furor en las redes sociales desde principios de este mes, cuando se emitió oficialmente.

Su éxito se debe a la sutil parodia que Ikea hace de los productos de Apple, presentando su catálogo como un “bookbook”; es decir, un libro impreso de los de toda la vida, y que tiene las mismas ventajas que cualquier otro equivalente digital. Este es el anuncio:

¿Y dónde está la versión española? Desde que vi el video por primera vez, he buscado y rebuscado su equivalente en español, y lo único que he encontrado es el siguiente anuncio:

Como veis, las únicas similitudes entre ambos anuncios son:
1. El producto: catálogo de 2015
2. La marca/empresa: Ikea
3. La campaña: dar a conocer que el nuevo catálogo de Ikea ya está disponible.

Y la pregunta del millón es: ¿Por qué no se ha utilizado y traducido el mismo anuncio para el mercado español? Pues bien, la respuesta, desde mi punto de vista, podría ser la siguiente.

El concepto clave del anuncio es el “bookbook™”. Si se hubiese traducido literalmente como “librolibro™”, el anuncio no evocaría a Apple y sus ordenadores “MacBook”, que todo el mundo conoce como tal (¿o alguien ha oído hablar de un MacLibro?). Además, el hecho de que Ikea haya añadido “TM” (trademark, o marca registrada) después de “bookbook”, casi obliga a que el nombre no se toque. Sinceramente, ¡“librolibro™” suena fatal! ¿No os parece?

En una versión que he encontrado con subtítulos en español, “bookbook” se ha traducido como “libro de verdad”, que, aunque es una buena opción, pierde la gracia de la versión inglesa.

Ikea también podría haber traducido todo más o menos de forma literal y dejar “bookbook™” en inglés, pero entonces también se hubiese perdido ese juego de palabras que ha conseguido sacar una sonrisa a millones de espectadores.

Como veis, la transcreación, o traducción publicitaria, no es nada sencilla. Requiere de una gran destreza creativa al igual que de un amplio conocimiento de la marca y, sobre todo, de la cultura del país donde va destinada la traducción. Conocer el idioma ya no es suficiente.

De hecho, en el caso de la traducción de anuncios publicitarios, lo que suele y debe hacerse es un remake; como ha hecho Ikea más arriba con dos videos completamente diferentes.

Y es que un anuncio sin adaptar, que se ha traducido literalmente y presenta la misma historia o situación sin tener en cuenta la cultura, el idioma, el humor y el modo de ser y pensar de cada país al que va destinado, es sinónimo de fracaso.

Pero Ikea es lista y ha sido precavida. La versión española, aunque no es tan ingeniosa y controvertida como la inglesa, es buena, entretenida y en línea con los últimos anuncios de la marca. ¿Estáis de acuerdo? Yo creo que muchos españoles estarán deseando recibir el nuevo catálogo.